viernes, 30 de diciembre de 2011

Indelebles

El 20 de noviembre de 2004 fui a República Cromagnon. Tocaba Carajo. Con mis 17 años todavía me gustaba lo que hacían, y el primero había sido un discazo. Además, nunca los había visto aún. Me daba paja irme hasta Once, pero algo ubicaba, así que arrancamos con 2 amigos.

No me acuerdo mucho del show ya. Se que al final revolearon rollos de papel higiénico con 'Sacate la mierda'. Que salí lleno de moretones en la espalda y al otro día mi vieja no entendía por qué. Recuerdo que, muerto de calor, me había ido para atrás, a una barra, y estaba el boludo de Olmedo, seguramente cubriendo para la Rock&Pop, porque Carajo venía en pleno ascenso. También me acuerdo que las escaleras estaban hasta la manija de gente y que me había gustado mucho el lugar, 'es lejos pero da para volver', habría dicho.

También me acuerdo que me pareció una pelotudez que alguien prendiese una bengala ahí. No daba. No había mirado el techo ni un carajo, pero no importa. No daba. Como tampoco me parecía que diese en el Luna, ni en Obras, ni en cualquier otro lugar cerrado de los que conocía/conozco.

Y, claro, esto no puedo recordarlo porque jamás lo pensé ahí, en ese momento, pero 40 días después, supe que no me había muerto de pedo.


Esto lo escribí en algún momento del 2005, parece mentira que haya sido ya hace 7 años; y aún hoy parece mentira que haya pasado lo que pasó, parece mentira que la justicia siga sin aparecer, parece mentira que la gran mayoría no haya aprendido un carajo...

...y pensando en esto último, no, no parece mentira una mierda. Es parte de lo que lamentablemente somos.

Hoy le cambiaría unas cuantas cosas, pero bueno, hoy tengo 7 años más. En su momento salió así, así que así va. El título es el de allá arriba.

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¡Exclusivo! Me sacaste el sueño
en la misma noche que mueren los sueños,
en la misma noche que nacen los sueños;
en la misma noche, el humo lo nubló..

No compartía todo, compartía el hecho,
(pude haber estado en el mismo lecho);
pude haber perdido muchos buenos ecos,
como esas copas que la noche quebró.

¡Brindo por todos ellos que hoy no pueden brindar;
realmente estoy muy mal, pero al menos puedo estar!
(¡mal de muchos, consuelo de tontos!).
Pero sigo sin entender...
¡No! ¡No! Nunca voy a entender...
Nada tiene que ser así,
nadie puede quererlo así.
No podemos los ojos cerrar,
la memoria no perecerá...

Esto nunca va a tener final
porque nunca debió empezar.
En una sola escena ves morir amor,
ves morir pasión, odio y corazón.

Construyen un santuario (desesperación),
cambian nombres y leyes (cierran el cajón);
olvídense, tan simple; ha de ser imposible
que la injusticia sonría mientras suene el rock.

¡Brindo por todos ellos que hoy no pueden brindar;
realmente estoy muy mal, pero al menos puedo estar!
(¡mal de muchos, consuelo de tontos!).
Pero sigo sin entender.. .
¡No! ¡No! Nunca voy a entender...
Nada tiene que ser así,
nadie puede quererlo así,
no podemos los ojos cerrar,
La memoria no perecerá...

Esas pobres almas pedían a gritos libertad.

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Brindo por los 194 pibes, los cientos de heridos, los que todavía hoy la reman por haber sobrevivido a semejante tragedia... y porque no pase nunca más.

¿Vas a mejorar el silencio?

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